www.primiciachiapas.com.mx
Minerva López González
PALENQUE. A un año de que gente violenta “presuntos
ejidatarios”, invadiera la cabecera municipal y acabaran con los pocos
edificios públicos del municipio de Tila, Martín De Celis, integrante del
Comité de Pobladores y vecindados de Tila, exige "justicia”.
De Celis, aseguró que estos -seudo ejidatarios- como él
los llamó, reclaman 130.32 hectáreas de la zona urbana en donde la mayoría
habitan; “hace un año, estos trajeron gente de Chilón y Bachajón pertenecientes
a La Sexta Declaración; quienes aseguró y acusó son manipulados por el propio
sacerdote de la iglesia católica, Heriberto Cruz Vera, el cual ha fomentado la
violencia entre campesinos y los que radicamos en el lugar”, denunció.
Martín, aseguró ser originario del lugar, mientas que los
conflictivos alegan que él y los demás habitantes solo son pobladores y
pretenden exiliarlos.
Ante la situación de ingobernabilidad que se vive en
Tila, dijo que ya han llegado a las instancias de Gobierno municipal, estatal y
federal; así mismo denunció que el edil de Tila se fue con toda su
administración fuera del palacio municipal y se instaló en el poblado Limar,
evadiendo toda responsabilidad, dejándolos en la zozobra y a merced de la
violencia.
“Las autoridades municipales, estatales y federales, los
han abandonado, esto lo estamos haciendo público a nivel nacional, estamos
secuestrados en nuestro propio pueblo, no hay Gobierno, no hay seguridad,
tenemos miedo”.
Ante la situación, lanzó un comunicado y llamado directo
al recién huésped de Chiapas, el presidente de la República, Enrique Peña
Nieto, así como al secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong, a la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, al gobernador Manuel Velasco Coello, al
Congreso de Chiapas, al Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, así como a
Derechos Humanos, exigió el auxilio y la aplicación del Estado de Derecho, ya
que los llamados ejidatarios afectaron directamente a 10 mil personas que viven
a Tila.
Ante los hechos ocurridos un 16 de diciembre de 2015,
asentados en el expediente 326/2015 en Tuxtla Gutiérrez, exigen la aplicación
del Estado de Derecho, así como el exilio de los dos curas, a los que calificó
como autores intelectuales y responsables de la desestabilización social, de
nombres Heriberto Cruz Vera y el diácono Bernabé Altamirano Díaz, quienes
violan todos los hechos humanos y el libre desarrollo de los habitantes.
EN CONTRA PARTE.
En un artículo publicado en 2011 por el diario La
Jornada, cita lo siguiente: La asamblea de ejidatarios de Tila, Chiapas,
denunció el intento de despojo de tierras por parte de autoridades
gubernamentales, y demandó el retiro del actual párroco, el controvertido
sacerdote católico Heriberto Cruz Vera, a quien el gobierno federal, estatal y
municipal utilizan para engañar y manipular a la población, para despojarnos de
nuestra tierra. Añaden que ésta “no tiene precio, no es mercancía para
proyectos ‘ecoturísticos’ o de supuesto ‘desarrollo’, y sólo la máxima
autoridad del pueblo chol de Tila, que es la asamblea general, puede determinar
el uso y destino” de sus 5 mil 405 hectáreas.
El ejido tiene más de 30 años luchando en la defensa y
cuidado de la madre tierra contra la discriminación y racismo del mal gobierno
municipal, estatal y federal. Sus fundadores caminaron por el monte para llegar
a Tuxtla Gutiérrez y la ciudad de México, pasando frío y hambre para obtener la
resolución presidencial y el plano definitivo. Estos documentos, añaden los
ejidatarios, representan la libertad de nuestro pueblo que vivió esclavo en la
época de la colonia con la invasión de los españoles y después trabajando en
las fincas de extranjeros. Sólo después de la revolución de Emiliano Zapata se
reconoció que la tierra es para el indígena, porque es mero originario de las
tierras que ocupa, que son de quien las trabaja, y por tanto no se venden ni se
indemnizan.
En un tono inusual, sostienen: Nos da tristeza que un
pastor de Jesucristo no sienta el dolor de su pueblo y sólo quiera llenar sus
bolsas de dinero y venderse con el gobierno para hacer el trabajo sucio de
provocar al ejido y hacer fabricaciones de delitos contra los que defendemos
nuestra madre tierra. Dicen que el párroco humilla a los indígenas y nos ha
prohibido prender vela en el atrio de la iglesia y celebrar nuestras
tradiciones.
La asamblea general del ejido ha pedido en tres ocasiones
al obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi, que designe a un
nuevo sacerdote. El párroco recaba firmas con engaños y presiones para impedir
su cambio y así pueda seguir apoyando al gobierno en el despojo a la tierra y
discriminando y abusando de nuestro pueblo. El ejido no está en contra de la
iglesia, porque la iglesia somos todos, no sólo un sacerdote, aclaran los
indígenas agraviados. Sin embargo, no hemos sido escuchados, parece que el
obispo quiere protegerlo y hacer parte del gobierno para despojarnos.
“No es como nuestro Tatik Samuel (Ruiz García), que sí
supo caminar y sentir nuestro dolor como pueblo indígena pobre”. Aclaran que el
santuario no es un centro turístico de comercio, sino un lugar de fe abierto
para todas las personas de buena voluntad; ya no queremos que el sacerdote
Heriberto maltrate a nuestro pueblo y a quienes visitan al señor de Tila.
Dicen encontrarse en un momento importante de su larga
lucha en defensa la tierra, por lo que exigen a la Suprema Corte de Justicia de
la Nación, ante la cual interpusieron una controversia, que garantice el
respeto a nuestra autonomía y libre determinación como pueblo indígena.
Piden a sus hermanos de Tila que no se dejen engañar por
el gobierno y su operador político, el párroco. El santuario de Tila no es de
una persona, es de nuestro pueblo y de otros pueblos que vienen a visitarlo.
La asamblea general del ejido ha determinado que
pobladores engañados por el ayuntamiento para comprar tierras ejidales como si
fueran propiedad privada serán respetados en su derecho y en su tranquilidad, y
la situación de sus solares estará sujeta al reglamento interno del ejido, la
ley agraria y los tratados internacionales sobre pueblos indígenas”
POR OTRO LADO.
Un diario del vecino estado de Tabasco, publicó el pasado
15 de febrero de 2016 la siguiente nota: Entrevistado previo al arribo del Papa
para oficiar una misa en San Cristóbal de las Casasa, el párroco de Tila,
Heriberto Cruz Vera, dijo que Chiapas está "gobernado por la ambición, la
violencia y la corrupción".
El prelado señaló que "en Chiapas no existe la paz,
no se conoce".
Dice que "lo que no nos deja buscar la paz en
Chiapas es el miedo, cuando la gente calla es por temor"
El párroco, históricamente emparentado con la teología de
la liberación, así como con las posturas críticas respecto al gobierno y los
temas de derechos humanos, hace unos días señaló ante medidos de comunicación
que, ante los abusos, “vemos con gran tristeza que se llega a los límites de
sentir que a los pueblos y a las organizaciones no les queda más remedio que
bloquear carreteras y tomar otras acciones más radicales, como consecuencia de
una actitud omisa de parte de la autoridad, que pudiendo resolver la mayoría de
estas problemáticas en su momento, las pospone", dijo.
"Así es como las autoridades permiten que se llegue
a la confrontación y a la violencia, como si la única salida posible fuera la
represión”, señalan en una carta leída y enviada por el párroco de Tila y
miembro de ese consejo presbiteral, Heriberto Cruz Vera.
El Consejo conformado por un grupo selecto de al menos
unos 14 sacerdotes quienes fungen como un Senado al interior de la Diócesis,
respaldaron las declaraciones públicas y peticiones al Papa Francisco del
Pueblo Creyente que se manifestó públicamente en una eucaristía el lunes pasado
en honor al obispo Samuel Ruiz García por el quinto aniversario de su fallecimiento.
El Consejo Presbiteral dijo ver con gran preocupación la
tardanza y descuido que muestran las autoridades para resolver los problemas de
tipo político, económico y social que surgen en las diversas comunidades de
Chiapas.
En su carta el Consejo expuso que en estos últimos meses,
han sido testigos de muchas acciones que emprenden los pueblos para ser
escuchados y que al mismo tiempo desprestigian sus legítimas luchas.
0 comentarios:
Publicar un comentario